Ganaron, falta que mejoren

La segunda aparición de los Pumas en este mundial, con tonada francesa y poco rugby champagne, dejó diversas aristas por analizar desde la ajustada victoria ante Samoa. El 19 a 10 final, entregó en la producción puma, una leve mejoría desde la toma la iniciativa. El equipo argentino siempre fue el que tomó el control del juego y el que propuso más. Todo bajo un descontrol del juego que alternó, errores de manejo, mala toma de decisiones y falencias en la comunicación, como equivocaciones en el patrón de juego cuando el partido debió cerrarse un poco más con los delanteros y no usar tanto a los backs, producto de la lluvia que acompañó en gran parte del partido.

Por delante estaba Samoa, un equipo que históricamente brinda esas posibilidades, las del error en el juego integral, la falta de fineza y la torpeza en varios pasajes. Pero un equipo que no era de fiar y que hasta el último estuvo a tiro amargar a los argentinos. En Los Pumas jugaron varios factores positivos aparte: hubo buenos maul, efectividad a los palos y se mejoró el scrum. No hubo desesperación, pese a los nervios de ganar o ganar.

Con respecto a la conducción de los que generan juego, una vez más se notaron falencias en la toma de decisiones y dudas en las elecciones del camino a seguir en diferentes momentos del encuentro. En este caso, y siendo puntual con la conducción de Santiago Carreras, es menester que el crack cordobés no tiene la más mínima responsabilidad de tener un nivel tan bajo, en un puesto donde nunca tuvo continuidad de años en la más alta competencia y si es irresponsabilidad de quién o quienes lo ponen en un rol donde sus virtudes y cualidades no brillan. Es una lástima que tamaño jugador venga desde hace tiempo con la presión de jugar bien por capricho de su técnico anterior y de los que ahora le vuelve a dar la camiseta número 10. Basta con ver los videos de Carreras jugando en cualquier puesto del fondo de la cancha, para disfrutar viendo lo que el back le puede ofrecer al equipo. Un distinto que hoy juega totalmente supeditado a un rol que le cuesta llevar y es indisimulable.

Se viene Chile y luego Japón. Dos medidas para mejorar y para ver dónde está parado un equipo, que por el momento está lejos de gustar. Que debe mejorar, que tiene potencial y que no debe improvisar sus roles.