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DESPEDIDA
Muchas Gracias Suley por tantas alegrías, se te va a extrañar
Tomás Gray
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Se fue Daniel Gómez. "Suleimón", "Suley", "Zuley", "Sulo", "Muñeco", como prefiera llamarlo. Más allá del nombre y de los pseudónimos con los que era conocido o llamado, lo más importante fue quien fue el que estuvo atrás. Un gran tipo, amiguero, simpático, gracioso, alegre... un Tipazo. Más allá del jugador de rugby, del entrenador. Una persona con la que sabías la ibas a pasar bien. Porque Suley siempre quería que sus amigos estén contentos y felices. Y detrás de esa tremenda humanidad aparecía siempre el "Amigo". El que te hacía sentir bien en clualquier club. Mucho más en su casa, en su Lawn Tennis, al que llegó desde muy jóven.
La historia dirá que fue un jugador sacrificado, que luchó para llegar a la Primera de Lawn Tennis, donde supo ganarse su lugar a fines de los años 70 y comienzos de los 80, en plena época dorada de los Benjamines, la de los cuatro títulos consecutivos. Fue el pilar derecho de esa camada gloriosa, compartiendo equipo con tantos grandes jugadores que dejaron su sello en la historia de su Club, y del rugby tucumano.
También llegó al Seleccionado tucumano y a vestir la Naranja durante varias temporadas. Fue uno de los protagonistas en grandes triunfos cosechados, como las inolvidables victorias conseguidas en 1982 sobre Counties de Nueva Zelanda y sobre Los Pumas.
Fue un apasionado y gran referente del scrum. Tanto en la cancha como fuera de ella, ya sea como hincha, con la famosa canción que hacía cantar a la hinchada mientras jugaba el club haciendo referencia a la bajadita y a los forwards, como entrenador, transmitiendo en cada práctica su pasión popr el Scrum, en especial por los primeras líneas. Como él.
En la cancha fue un gran pilar. Que supo ganarse su lugar y ganarse el respeto de sus compañeros y rivales. Jugó en Lawn Tennis (por más de una década), y en el Seleccionado Naranja. También jugó en el Hindú Club, en Buenos Aires.
Fuera de la cancha supo ganarse el afecto de todos, en su club, y en todos los clubes por los que pasó en los distintos lugares del país. Fue el Gran Anfitrión. Le gustaba ese papel. Ser querido por todos. Y para devolver tanto afecto se convirtió en el "alma mater" de cada tercer tiempo, con sus bromas, sus chistes, sus imitaciones (el Profesor Neurus, un clásico, como políticos y deportistas), y sus canciones, canzonetas, arias (O Sole Mio, otro clásico). Cuando Suley cantaba, todos se callaban. Era un placer escucharlo.
Se fue el gran jugador de rugby, el entrenador. Tuvo la dicha de ser campeón en los dos roles. Y este año, se dio el gusto de festejar los títulos conseguidos por Lawn Tennis siendo parte del staff, como el "especialista en el scrum".
Pero también se fue el Amigo. El Amigo de todos. La pucha que se te va a extrañar.
Partiste joven, a los 68 años. Tenías mucho más para dar. Se te va a extrañar. Pero dejaste tu sello. En cada rincón del club. Ya estarás reunido con otros grandes amigos que te dio Lawn Tennis y el rugby. Ya estarás hablando del scrum con Tito, con Rafa, con el Gallo, con Luis, con Ernesto, y mucho más del rugby con Juan, con Teje, con Papuchi, y con tantos otros que se fueron adelantando para formar el gran equipo Benjamín y Naranja allá en el cielo. Estarás mirando a tus amigos, también a tus jugadores a los que seguirás guiando para los desafíos que se vienen.
Chau Suley. Se te va a extrañar. Pero Muchas, Muchísimas Gracias, por tantas alegrías que nos regalaste. Por regalarnos siempre un cacho de felicidad. Gracias. Y buen viaje.