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Apostillas de un sábado de gloria
El recibimiento
Ni bien Lawn Tennis pisó el campo de juego, una lluvia de serpentinas amarillas coparon el verde césped de la “Caldera del Parque”. Con bombas de humo tricolores y cánticos que no cesaron. La hinchada de los “Benjamines” brindó un espectáculo inolvidable dentro del colorido, en la calidad tarde tucumana.
Emociones por doquier
Llantos, desahogos y jugadores exhaustos, tirados en el piso por la entrega brindada, fueron las postales repetitivas cuando el pitazo final del cordobés Juan Manuel López, marcó el final. Una invasión de miles de personas rodearon a los protagonistas, que vivieron la tarde más gloriosa de un equipo que logró ser campeón invicto.
La emoción de un histórico
La humanidad de Lucas Ferro está sentada y se muestra exhausta de emociones. “No lo puedo creer, estoy muy emocionado y feliz. Por el club, por su gente, por lograr algo que parece increíble. Este logro es para nuestro club, para su gente y para los que se fueron y nos miran desde el cielo” – afirmó desbordado de alegría, aquel legendario back de Lawn Tennis.
A la memoria del “Gallo” Cabrera
La recordaciones sobrevuelan por el aire de Tucumán Lawn Tennis y la figura del Héctor “Gallo” Cabrera se hace presente en la voz de su hijo Luciano. “Mi padre está aquí, en algún lugar de la cancha, desde el cielo bajó imaginariamente para estar con el club. Traje mi camiseta con el número que el jugaba para recordarlo. Estoy muy feliz y felicito a todo mi querido Lawn Tennis ”. – afirmó el hijo de un prócer del rugby tucumano.
El reconocimiento
Mientras los jugadores de Lawn Tennis daba la vuelta olímpica con copa en mano, al pasar por delante de la tribuna donde se apostaban los hinchas de Alumni, recibieron los aplausos de sus pares. En un digno gesto de reconocer a los vencedores, los jugadores también se sumaron al dicha expresión.
Piletazo de campeón
En una peregrinación de festejos que comenzó en la cancha, pasó por el patio principal y la zona de vestuarios, y culminó en la pileta, el festejo tuvo su chapuzón general cuando los jugadores se arrojaron vestido al agua y medio de un delirio de expresiones de todos los colores.
Un tercer tiempo interminable
Los festejos se extendieron hasta el otro día. En un tercer tiempo general, con pantalla gigante, carpas, música y barras repletas de comidas, el pueblo “benjamín” vivió su tercer tiempo más histórico.