El espíritu del rugby en una foto

Promedia el segundo tiempo y el partido final por ver quién será el rey del rugby del interior, todavía no tiene dueño.

La lucha por el cuero ovalado es ardua y leal. Los packs se sacan chispas, cada contacto eriza la piel y desata el asombro de un público que vivió casi todo el partido de pie.

Lawn Tennis ataca y quema sus últimas naves. El Jockey Club Córdoba vende cara su derrota y se inmola de tackles en el abismo del ingoal. La batalla es emocionante por el vértice donde el banco de suplentes local parece explotar de ansias.

En ese momento y preso de la “carnicería ” que desata el vendaval de juego de forward’s, la humanidad de Santiago Toya pide asistencia médica por un supuesto calambre, según delata la foto de nuestro amigo y colega cordobés, Miguel Vera, luego de un penal previamente cobrado.

La pausa llega con la asistencia médica y el agua corre por los gargueros buscando calmar las sed. Hay un breve respiro por el jugador caído y allí aparece la humanidad de Nicolás Sánchez que empatiza con su rival que busca recuperarse para seguir defendiendo.

Ahí mismo, en esa pausa, el fogonazo fotográfico llega en una secuencia que se detiene cuando Sánchez extiende su mano para saludar y ver cómo se encuentra Toya.

Confesamos, como testigos oculares a tan solo quince metros, que hay un breve diálogo entre ambos ¿Charla que Sánchez inició quizás con una pregunta y Toya luego respondió? Imaginamos que si.

El resto queda en la intimidad de los jugadores, en el asombro de algo que está afuera de todo análisis cuando se juegan tanto dos equipos, y que no tiene calificativo alguno a la hora de destacarlo desde lo ejemplar.

El resto el juego, y la foto es todo lo que está bien.