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TORNEO DEL INTERIOR
Lawn Tennis, un campeón absoluto
Cantan, bailan, saltan y se desgargantan las miles de almas tucumanas que coparon el country del coqueto Jockey Club Córdoba. Cantan, embanderados hasta el delirio para gritarle a un país que el interior existe en la chapa grabada que afirma que Tucumán Lawn Tennis es el nuevo campeón.
LOS CAMPEONES. Lawn Tennis festejó en Córdoba al consagrarse como el mejor del Interior. FOTO: Sandra Lezana Guerrero
Esas almas se abrazan fuertemente y las lágrimas brotan luego de bendito pitazo final que los deposita en el momento más importante de su historia copera. En cada abrazo hay un equipo que no tuvo nunca dentro de juego renunciamientos; que jugó con táctica, estrategia, dominio permanente y que pareció nunca caerse cuando su gran rival le sopló la nuca, con ganas de afanarle la alegría.
En cada gesto desaforado hay miles de historias. Hay abuelas, madres y tutoras que parieron y criaron una estirpe de rugbistas que siguen afirmando de esa tucumanidad, una expresión de fanatismo total por el juego del cuero ovalado. De allí nace la esencia de un equipo que lejos de tener un solo patrón de juego, le anexó el fuego necesario en los momentos claves para doblegar al, hoy, mejor equipo cordobés. Todo, en una final infartarte, digna de ser vista de pie y jugada con el cuchillo entre los dientes. Una final donde nadie se guardó nada.
En el canto, también hay una continuidad de un trabajo de laboratorio que los de Álvaro Tejeda vienen experimentado a base de estandartes innegociables dentro patrón de juego: la férrea defensa, la velocidad y aceleración en los momentos justos, pero por sobre todo, el convencimiento de un fuego interior, imposible de ver y de entrenar, llamado mística.
En cada desahogo que se apagó, hay un brindis que luego se encendió en la mesa del tercer tiempo compartido, del respeto por el rival vencido y de la camaradería que genera un deporte que posee emociones por doquier. Justamente para el lado de las emociones se perdió la noche, donde todos ganan, donde no hay derrotados, donde emerge triunfal el respeto.
Luego la caravana interminable dejará la Docta mediterránea, rumbo a la “Caldera del Parque”, donde el brindis interminable buscará amanecido el desvelo, el festejo íntimo con los que no pudieron estar. El festejo de todo Tucumán Lawn Tennis. Un campeón indiscutido, y absoluto.