Entrevistas
Despedida
Estrofas para un adiós al "Mono" Rizzo
Siete días atrás, en un sábado idéntico de sol, en el mítico barrio Marqués Sobremonte de Córdoba, te hicimos tu última entrevista. Allí, posaste para nuestra cámara y acariciaste el último cuero ovalado de tus amores.
Nuestra última pregunta antes de verte por última vez fue: ¿Quién es el Mono Rizzo?
“Un ex rugbier. Una persona que trató de pregonar y defender el deporte de sus amores. El que acaricia esta pelota y le dice a todos, tomando una frase de Diego, que la pelota no se mancha” – nos dijiste antes de irte de gira a la eternidad.
El Adiós a un grande. La última foto con su amado cuero ovalado. (FOTO: Patricio Guzmán)
Tu partida no tiene consuelo para nosotros. Aunque sabemos que para tu alma será un alivio. Que debes estar viajando, coqueto y ansioso de llegar, llevando delicadas flores a tu amada María Luz.
Que iras en busca de tu querido “Mocho” Palou y por fin podrás abrazarte con tu amado Eduardo “Cata” García Hamilton, sin dejar de fundirte en apretones a todos tus queridos amigos de Tala que se te adelantaron.
¿Sabías que todo el rugby de Tucumán bebió de la copa de tu incomparable sabiduría y don de gente?
Te extrañarán tus jugadores. Los del viejo pelotón naranja, molido de batallas victoriosas, gracias a tu desvelado empeño de enseñanzas que marcaron a fuego al rugby tucumano. Te llorará la amansadora, quieta y mojada por la lluvia y el sudor de los que ponías adelante…siempre para adelante.
Te buscará tu ángel “Cochoqué, en las tardes verdes y negras de Tucumán Rugby, para mostrarte su nueva remera, con tu foto de traje. Donde emerges firme. Duro. Macho. De estampa inquebrantable. De condición humilde. De generosidad sin igual. Te perseguirá la mística que nos dejaste, y buscaremos encontrarte en cada entrenador, por los verdes campos de los clubes donde pasaste.
Te buscaremos en las mesas de café de amigos que no tienen consuelo, con “Willy Lamarca y el “Pavo” López, a la cabeza, llorándote sin parar. Solos, tristes, sin tu presencia imprescindible.
Mono, Monarca, bandera de muchos. Símbolo de un tiempo inolvidable color naranja. Pasional en la sangre roja, por tu lucha inicial en Los Tarcos y victorioso baluarte de un tiempo verdinegro, en tu exitoso paso por tu inolvidable Tucumán Rugby.
Se va tu impronta humana y deportiva. Tu marca registrada desde tu voz grave, pausada y llena de experiencias. Repleta de tardes gloriosas y de noches interminables.
Nos dejas una silla vacía, que no será ocupada por nadie que te iguale en el tercer tiempo de los inolvidables. Lloramos tu partida como la de un padre rugbístico. Elevamos tu bandera, flamante paño blanquinegro de tu amada escuela llamada Tala.
Y te despedimos con honores, con el vapor que sube como sacrificio agradable, aceptando con dolor que fuiste el amigo de muchos que dejas sin tu abrazo final; y el maestro que nos dice adiós.
Desde el rugby de Tucumán, y desde este humilde rincón periodístico, elevamos nuestra oración por tu alma y te despedimos con honores.
¡¡Hasta siempre “Mono” y gracias por tu legado!!!